Un estudio presentado en el Congreso Europeo Anual de Reumatología (EULAR); afirma que la exposición al polvo inorgánico aumenta un 27 por ciento el riesgo de gota.
La gota está causada por depósitos de cristales de una sustancia llamada ácido úrico (también conocido como urato) en las articulaciones; lo que provoca una inflamación.
Los periodos de tiempo en que aparecen los síntomas de gota se llaman brotes; los cuales pueden ser impredecibles y debilitantes, se desarrollan durante unas horas y causan dolor severo en las articulaciones.
Sin embargo, no todas las personas con un alto nivel de ácido úrico desarrollan la enfermedad; por lo que existen factores adicionales, como la genética, las comorbilidades, el estilo de vida o el trabajo, que favorecen la aparición de la gota.
El polvo inorgánico está compuesto de polvo a base de minerales como el asbesto, la sílice y el carbón. Algunas profesiones implican una alta exposición a estas sustancias, tales como personal de limpieza, mantenimiento, electricistas o mecánicos, entre otros.
La exposición laboral a este polvo ya se ha relacionado con una mayor incidencia de otras enfermedades inflamatorias reumáticas como, por ejemplo, la artritis reumatoide, si bien este ha sido el primer estudio que ha analizado un posible vínculo con la gota.
Investigaciones sobre la exposición al polvo inorgánico
El estudio incluyó 6.120 casos que fueron diagnosticados con gota entre 2006 y 2012 de la base de datos de atención médica de la zona de Suecia Occidental.
Los datos sobre la ocupación laboral se obtuvieron de los registros oficiales; y se utilizó una matriz de exposición laboral para el polvo inorgánico previamente desarrollado para asignar el estado de exposición.
No obstante, cada caso fue comparado con hasta cinco controles en el registro del censo según la edad, sexo y lugar de residencia.
Los datos sobre comorbilidades predefinidas conocidas como factores de riesgo potenciales para la gota (psoriasis, enfermedad renal, abuso de alcohol, obesidad y tratamiento con diuréticos); se recopilaron y analizaron como posibles cofundadores de la exposición ocupacional al polvo inorgánico.
De esta forma, el trabajo ha mostrado una asociación significativa entre la gota y la exposición laboral al polvo inorgánico en todos los pacientes, especialmente en las mujeres.
“Esta es la primera vez que se demuestra que la exposición laboral al polvo inorgánico está asociada con el desarrollo de la gota”, explica el doctor de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), Valgerdur Sigurdardottir.