Una revisión Cochrane reciente no apoya el uso de la descompresión subacromial en el tratamiento de la enfermedad del manguito rotador. La tasa de incidencia de eventos adversos graves en los 30 días posteriores a la cirugía fue de 0,5% (0,4% a 0,7). Se han observado eventos adversos graves como infección profunda. Además, embolia pulmonar, lesión nerviosa y muerte en los participantes después de la cirugía del hombro.
El manguito rotador es un conjunto de tendones (supraespinoso, infraspinoso, subescapular, redondo menor y porción larga de los bíceps braquiales) que soportan la articulación del hombro, lo que nos posibilita el levantamiento del brazo por encima de la cabeza.
Algunos pacientes pueden desarrollar un hombro doloroso en relación con el desgaste o microtraumatismo del manguito rotador, inflamación de estos tendones (tendinitis) o de sus bursas (bursitis subacromial, subdeltoidea). Dicho dolor ocasiona dificultades para levantar el brazo y llevar la mano hacia atrás; se agudiza por la noche y con cambios posturales y movilización activa.
Lo habitual es el tratamiento analgésico/antinflamatorio, descanso/ejercicio, fisioterapia, infiltraciones. Se recurre a la cirugía tras el fracaso de estos tratamientos.
La cirugía del manguito rotador incluye: Extirpar parte del hueso acromion para eliminar la presión sobre los tendones (acromioplastia), ampliar el espacio a través del cual pasan los tendones (descompresión subacromial), extirpar cualquier bursa inflamada (bursectomía) y remover cualquier tejido dañado. En la actualidad, la mayor parte de estas intervenciones se realizan mediante artroscopia. En lo que respecta a la seguridad, no hay diferencias entre la cirugía abierta y la cirugía artroscópica.
Si se compara con el placebo, hay pruebas de que la descompresión subacromial no alivia el dolor, la función del hombro o la calidad de vida relacionada con la salud durante un año, y posiblemente no mejore el éxito general.