La displasia del desarrollo de la cadera (DDC), también conocida como luxación de la cadera o displasia de la cadera, es una dislocación de la articulación coxo-femoral en el bebé recién nacido.
La cadera incluye los siguientes componentes: hueso iliaco, fémur, cápsula articular, músculo y ligamentos. Se han presentado casos en los bebés, en donde el femur se sale de la cavidad que lo sostiene, esta lesión se podría presentar parcial o totalmente; asimismo, se podría presentar en un solo lado o ser bilateral.
Hasta el momento, no se conoce con exactitud la causa de esta lesión; este dislocamiento se estima que se presenta en varios nacimientos. Los factores de riesgo que aumentan esta condición se ven relacionados con:
- Niveles bajos de líquido amniótico en el útero.
- Ser el primogénito.
- Mayor prevalencia en niñas.
- En el momento del parto, que el bebé se encuentre sentado.
- Familiares que hayan sufrido esta anomalía o que tengan antecedentes.
- Al momento del parto, que el bebé tenga sobrepeso.
Síntomas de esta condición
Algunos de los síntomas solo se reflejan hasta que el bebé comienza a caminar, es por eso que en ocasiones el tratamiento tiende a ser complicado. Según Artritis Today, los más evidentes en bebés son:
- Asimetría de los pliegues glúteos o muslos.
- Una o ambas piernas giradas hacia afuera.
- Acortamiento de una de las extremidades.
- Deformidad de la espalda baja.
Existen diversos métodos para diagnosticas la displasia del desarrollo en la cadera, la más común es mediante un examen físico de las caderas y ciertas pruebas o manipulaciones en la que se percibe un clic o el deslizamiento del fémur fuera del acetábulo. Si este factor se logra identificar en los primeros 6 meses de vida se obtienen magníficos resultados con una férula o arnés; esta opción es menos eficientes en niños mayores.
Si no se trata a tiempo o se maneja inadecuadamente, la DDC puede producir un mayor deterioro en la cadera y provocar otros tipos de artritis. La mejor forma de cuidar al bebé para que no posea esta anomalía es obtener un diagnóstico pronto, dándole seguimiento correspondiente con el plan de tratamiento indicado. La tasa de éxito y la curación con el tratamiento conservador es mucho más alta en estos casos.