Según un estudio de la Sociedad Española de Reumatología, el 80% de la población sufrirá dolor lumbar en algún momento de su vida. Es por ello que, la prevención constituye la mejor defensa frente a este problema de salud.
A continuación algunas recomendaciones para proteger la espalda:
Mantén un peso saludable
El sobrepeso provoca una mayor tensión en los músculos de la espalda, lo cual propicia un dolor en la zona más baja. En el caso de las mujeres embarazadas, existen fajas específicas para aliviar estas molestias.
Cuida la postura mientras duermes
La mejor postura para dormir es boca arriba, colocando una almohada bajo las rodillas y otra bajo la región lumbar. Si resulta muy incómodo, se puede dormir de medio lado, con las rodillas dobladas y una almohada no demasiado alta. Además, el colchón debe estar en buenas condiciones.
Camina con la espalda erguida y la cabeza elevada
En muchos casos, se suele caminar con la espalda encorvada, cargando el peso de los hombros hacia delante. La mejor postura al caminar es con la espalda erguida y la cabeza elevada. Asimismo, debes tener especial cuidado con abusar de los zapatos de tacón alto o de los bolsos muy pesados, trata de buscar la comodidad.
Evita los movimientos repetitivos
Los gestos que se repiten constantemente sobrecargan zonas concretas de la musculatura. Si es obligatorio realizarlos es fundamental descansar para realizar estiramientos, cambiar de postura o caminar un poco.
Deja de fumar
Di adiós al cigarrillo si quieres evitar un dolor crónico. Fumar reduce el flujo sanguíneo en la columna inferior, el cual puede contribuir a la degeneración del disco vertebral. Además, también aumenta el riesgo de osteoporosis y dificulta la cicatrización.
Realiza estiramientos
No estés sentado todo el día en la silla de la oficina. Levántate cada 20 minutos más o menos y camina de un lado a otro. Asimismo, no descuides la postura frente al ordenador. Recuerda que la parte superior de la pantalla debe estar a la altura de los ojos. La espalda debe mantenerse apoyada en el respaldo y los pies, en el suelo. Una silla adaptable, un reposapiés o un pequeño cojín pueden ser muy útiles.
Evita el estrés
La ansiedad, la depresión o el estrés también son una de las causas de la tensión muscular; principalmente propician la aparición de contracturas. Por ello, trata de llevar una vida tranquila, si no es posible, haz yoga o medita.