Es muy común escuchar comentarios de personas que relacionan los dolores producidos por la artritis con el mal clima. Es más, algunas personas mayores hasta juran que son capaces de predecir el tiempo que va a hacer por sus dolores articulares. Sin embargo, un grupo de investigadores de la Escuela Médica de Harvard analizó la relación y encontró que ésta, simplemente, no existe.
Aunque las condiciones ambientales, fundamentalmente, la presión barométrica, puede llegar a tener alguna influencia en un dolor articular. La verdad, es que este tipo de problemas no se habían estudiado a nivel clínico. Tan solo se habían realizado encuestas en las que los resultados fueron muy dispares y poco concluyentes. Siempre se daba la posibilidad de que los encuestados simplemente estuvieran viendo una correlación entre el mal clima y sus dolencias, no una causalidad.
Por ello, el equipo de investigadores de la Escuela Médica de Harvard ha optado por una aproximación diferente. En lugar de entrevistar pacientes, ha aprovechado el big data para estudiar los historiales médicos de 1,5 millones de pacientes de más de 65 años y compararlos con el clima que hacía en la fecha en la que acudieron al médico quejándose de dolores articulares. Después, los científicos han analizado cuántas de las 11,6 millones de visitas al médico se tradujeron en un diagnóstico positivo de dolores articulares, lumbalgias o dolores reumáticos.
El resultado ha sido completamente negativo. Uno de los autores explicó que sin importar cómo se miren los datos, no existe ninguna correlación entre los dolores articulares, o de espalda, y el mal tiempo.
Ante esto no queda más que entender la relación entre el clima y los dolores articulares como un curioso mito de los abuelos.