Hablar de rizartrosis o de la artrosis del pulgar es referirnos específicamente al desgaste que se produce en la articulación que une la mano con la muñeca. Esta condición es bastante limitante para realizar la mayoría de las actividades cotidianas, puesto que el pulgar es utilizado en hasta el 80% de las tareas que realizamos a diario.
¿Cómo identificar la rizartrosis del pulgar?
Por lo general, la artrosis del pulgar se caracteriza por una manifestación de dolor en la base del dedo, que puede incluso aumentar al realizar determinadas acciones. Además, pueden presentarse:
- Rigidez y limitación del movimiento del pulgar
- Pérdida progresiva de la fuerza en esta zona
- Deformidad (en los casos más graves)
Ahora bien, el diagnóstico de rizartrosis no es una batalla perdida, de hecho es lo contrario, puesto que existen diferentes aspectos, adicionales al uso de muñequeras, que puedes tener en cuenta para disminuir las molestias.
Flexo-extensión de los dedos:
- Pon tus dos manos sobre una mesa.
- Manteniendo los pulgares extendidos, flexiona suavemente los demás hacia dentro.
- Recuerda mantener la posición durante 6 segundos.
- Abre la mano extendiendo los dedos.
Haz la letra «O»
- Con la punta de tu dedo pulgar toca cada uno de los dedos de esa mano individualmente, formando una «O».
- Recuerda mantener la posición durante 6 segundos.
- Abre la mano completamente después de cada «O».
Separa el pulgar
- Separa el pulgar del segundo dedo hasta formar entre ambos un ángulo de 90°.
- Después acércalo hasta que el ángulo sea de 45°.
- Recuerda mantener la posición durante 6 segundos.
Eleva el pulgar sobre la mesa
- Pon tus dos manos en una mesa escondiendo el pulgar por debajo de ella.
- Después levanta el pulgar por encima de la mesa hasta juntarlo con los demás dedos.
- Recuerda mantener la posición durante 6 segundos.
Gira el pulgar
- Mueve el pulgar haciendo círculos grandes.
- Revierte el movimiento.
Qué debes evitar para prevenir las molestias y dolores
- Evita realizar actividades que requieran una fuerza extra sobre la musculatura de las manos, como exprimir algunos alimentos o batirlos. Puedes optar por electrodomésticos que te faciliten estas funciones.
- Evita cargar mucho peso con las manos. Y en caso de hacerlo, distribuye la carga entre tu antebrazo y hombro, pero no en las manos.
- Procura utilizar utensilios ligeros y gruesos.
- Evita efectuar el agarre de pinza (agarre entre pulgar e índice), intenta tanto como sea posible distribuir esa pequeña carga de forma uniforme sobre la palma de la mano.
- Incorpora a tu rutina pequeños baños de agua caliente para las manos durante 15 minutos. Lo recomendable es que la temperatura del agua se encuentre entre los 37° y 40 °C.
- Haz pequeños ejercicios (como los anteriormente mencionados) sin hacer fuerzas de más. Lo importante es ser constante y realizar ejercicios de forma regular.