Desde el punto de vista clínico, puede resumirse el desarrollo de la enfermedad en tres fases:
- Aguda o inflamatoria: Los pacientes tienen un cuadro clínico con inflamaciones articulares, dolor intenso, limitación a la movilidad.
- Subaguda o proliferativa: El dolor va cediendo pero aumenta la deformidad producida por la proliferación de la sinovial.
- Crónica: Las deformidades que se han generado en las partes blandas se quedan fijas y son de origen óseo. Se crean contracturas en flexión de rodilla, desviaciones cubitales de los dedos de las manos, flexión fija de las articulaciones metacarpofalángicas con extensión o hiperextensión de las interfalángicas proximal y distal… También, van a existir manifestaciones extraarticulares que afectan a los pulmones, los tendones y los nervios.
Tratamiento de la artritis reumatoidea
Los principios generales del tratamiento exigen una actividad coordinada dentro de un equipo multidisciplinar. Es preciso situar las indicaciones en función de las necesidades globales del paciente y de los objetivos que se pretenden conseguir. Los objetivos que se persiguen con el tratamiento quirúrgico son fundamentalmente:
- Supresión del dolor.
- Prevención de las deformidades o evitar que estas sigan progresando.
- Restablecimiento o la mejoría de la movilización de los segmentos afectados.
- El restablecimiento o la mejoría mediante reparación, estabilización, realineación o movilización de los segmentos afectados, habría que hacerla en una fase estructural de la enfermedad.
Cuando la artritis reumatoidea está todavía en una fase no estructural (aguda o subaguda), la supresión del dolor debe buscarse mediante la utilización de medicamentos antinflamatorios, el empleo de férulas de inmovilización en posición funcional y eventualmente sinovectomías quirúrgicas, si el paciente no mejora con medicación antiinflamatoria y con medidas posturales. Una sinovectomía, es una intervención quirúrgica que se realiza en una articulación para hacer una estirpación de la membrana sinovial.
Cuando el tratamiento quirúrgico se plantea en una fase estructural de la enfermedad, existen deformidades óseas y el dolor es de tipo mecánico. Su tratamiento quirúrgico va encaminado a la corrección de las alteraciones articulares que se han producido. La cirugía correctora incluye:
- Liberación de partes blandas (liberación de tendones).
- Artrotomía de las cápsulas articulares para realinear las articulaciones que se encuentran en situación de contractura.
- Descompresión mediante sinovectomía de las vainas ocupadas por sinovial.
- Estabilizaciones articulares mediante artrodesis, que en principio es poco deseable, pero que en las art. metacarpofalángicas podrían estabilizar en posición funcional determinadas articulaciones pequeñas.
- Las artroplastias de sustitución (colocación de prótesis) cuando la articulación está muy dañada.
Artritis reumatoidea juvenil
La artritis reumatoidea juvenil se caracteriza porque inicialmente es monoarticular, afecta una única articulación. Aparece en individuos muy jóvenes (adolescentes o preadolescentes). Predomina la sinovitis hipertrópica intensa, que se acompaña de una contractura precoz en flexión de la articulación con una afectación importante de las partes blandas alrededor de la articulación.
El hecho de que se produzca una importante inflamación y una inmovilización por la contractura de esta extremidad, hace que se produzca una pérdida de calcio importante que fragiliza de manera importante el hueso.
Por otro lado, en las formas monoarticulares, la forma del tratamiento suele ser médica mediante férulas para mantener la alineación de la extremidad y evitar que se formen contracturas en flexión, fisioterapia intensa para mantener la movilidad articular y la potencia muscular adecuada.
Por último, en las formas poliarticulares de la artritis reumatoidea juvenil, la sinovectomía no es tan eficaz, pero la movilización, las férulas en posición funcional y la fisioterapia, ayudan a limitar las contracturas.