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Tratamientos para la poliartritis reumatoide

Se conoce como poliartritis reumatoide (PR), a la artritis que involucra cinco o más articulaciones. Se trata, además, del reumatismo inflamatorio crónico más frecuente. La poliartritis reumatoide afecta más particularmente a las mujeres y la edad media del diagnóstico se sitúa entre los 40 y los 50 años. Suele afectar a varias articulaciones, principalmente la mano, la muñeca, la parte delantera del pie, el codo y los tobillos de forma simétrica en pocas semanas.

Para su tratamiento, se recetan diferentes procedimientos y medicamentos, todos ellos tienen el objetivo de aliviar los dolores, disminuir la inflamación, frenar la aparición de lesiones articulares, conservar la función articular y mejorar la calidad de vida.

A continuación los tratamientos más comunes para la poliartritis reumatoide:

Tratamientos sintomáticos

Para este tipo de tratamientos se suelen recetar antiinflamatorios esteroideos (cortisona) y no esteroideos (AINE) que reducen el dolor y la inflamación. También, se prescriben analgésicos para alivian el dolor. Sin embargo, ni unos ni otros actúan en la evolución de la enfermedad.

Tratamientos de fondo

  • Se utilizan durante períodos prolongados para disminuir la evolución de la enfermedad.
  • Son de distintos tipos y el reumatólogo (o los médicos generales, ortopedistas, traumatólogos, médicos internistas, fisiatras) escoge el más adaptado en función de la gravedad de la enfermedad, los antecedentes y las contraindicaciones del paciente.
  • Entre estos tratamientos, los más recientes son las bioterapias que actúan de forma específica en algunas sustancias liberadas por el sistema inmunitario como el TNF-alfa.
  • Estos medicamentos administrados por vía subcutánea o intravenosa pueden tener efectos indeseables. Por lo tanto, durante estos tratamientos es fundamental realizar una vigilancia médica, que se basa sobre todo en análisis de sangre periódicos.

Tratamientos locales

Se recetan para prevenir la aparición de las deformaciones y aliviar los dolores. Las más comunes son:

  • Infiltraciones de corticoides
  • Sinoviortesis
  • Ablación de la membrana sinovial (sinovectomía)
  • Cirugía (prótesis, artroplastia, reparación de los tendones)

Tratamientos sin medicamentos

  • La kinesiterapia puede prescribirse como complemento a los tratamientos con medicamentos para preservar o restaurar la movilidad articular y la fuerza muscular.
  • La ergoterapia, recetada por el médico, enseña al paciente a realizar lo mejor posible los gestos cotidianos, que resultan difíciles por la enfermedad.
  • Las órtesis, que sirven para mantener e inmovilizar las articulaciones, permiten disminuir el dolor y la inflamación y, quizás, limitar la aparición de las deformaciones.