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Natación: gran aliado para aliviar el dolor de la fibromialgia

La actividad física es uno de los pilares clave en el tratamiento de la fibromialgia. Por ejemplo, practicar natación tres veces por semana reduce la intensidad del dolor, y mejora las relaciones sociales y la salud mental de los pacientes.

La natación tiene la misma efectividad que caminar para aliviar el dolor que provoca la fibromialgia; así como para mejorar la calidad de vida de las personas que sufren esta enfermedad reumática.

Investigación y estudio 

Según ha comprobado un equipo de investigadores de la Universidad Federal de Sao Paulo, en Brasil; al realizar un estudio en el que han participado 75 mujeres con fibromialgia que llevaban una vida sedentaria.

Las pacientes estudiadas tenían una edad comprendida entre los 18 y los 60 años, y fueron divididas en dos grupos al azar; de esta forma, 39 mujeres nadaron (estilo libre) tres días por semana, mientras que las otras 36 caminaron al aire libre.

Antes y después del entrenamiento, que se llevó a cabo durante 12 semanas, los investigadores midieron con una escala del 0 (ausencia de dolor) al 10 (dolor insoportable); la intensidad del dolor que referían las participantes, y observaron que mientras la media del grupo que caminaba era del 3,6, en el de aquellas que nadaban se situaba en el 3,1.

Estudios previos ya habían demostrado los beneficios del ejercicio físico para los pacientes de fibromialgia, especialmente el de tipo aeróbico, como caminar, ya que además de las mejoras que experimentan los pacientes a nivel físico, también disminuyen los síntomas depresivos y los trastornos emocionales asociados a esta patología. 

Resultados 

Los resultados del estudio muestran que aunque la calidad de vida de ambos grupos mejoró; practicar natación supuso también una mejoría de las relaciones sociales y de la salud mental de las participantes.

Los especialistas insisten en que mantenerse activo físicamente es fundamental en el tratamiento de la fibromialgia, y por ello se investiga sobre diferentes alternativas para ayudar a reducir los síntomas de estos pacientes. 

Los autores del trabajo han explicado que una disminución de al menos dos puntos en la escala de dolor es un logro clínicamente significativo; y animan a que todas las personas que sufran esta enfermedad incorporen el ejercicio físico a sus hábitos de vida.