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En qué consisten las últimas técnicas de cirugía no invasiva de columna

Detrás de estos dolores se suelen encontrar patologías vertebrales, especialmente la degeneración discal (artrosis), que provoca la inmensa mayoría de las dolencias de la columna, muy por delante de dolencias traumáticas o tumorales.

Para solucionar problemas discales, como hernias, en los últimos años la cirugía ha ido evolucionando hacia técnicas mucho menos invasivas, como el ADR por vía anterior. 

¿Qué es el ADR?

ADR son las siglas en inglés de Artificial Disc Replacement, es decir, el reemplazo de un disco por otro artificial. Por suerte, en los últimos años, estas operaciones se han simplificado mucho, y lo que antes eran operaciones muy complejas, ahora son intervenciones mucho más sencillas. La técnica quirúrgica tradicionalmente utilizada para tratar la degeneración de los discos es la artrodesis o fusión lumbar, con la que se fijan y fusionan las vértebras. A través de esta técnica lo que se consigue es inmovilizan una o varias vertebras. A la larga, los discos adyacentes también se van desgastando, lo que hace necesario en ocasiones volver a intervenir.

Las nuevas técnicas, en cambio, son más sencillas, más rápidas y, sobre todo, más seguras”. Una de las novedades es que se interviene por delante, que es lo que se conoce como abordaje anterior, es decir, por al abdomen, que es “la técnica menos invasiva de todas, dado que no abrimos la musculatura de la espalda ni manipulamos estructuras nerviosas posteriores. Además, contamos con la cirugía mínimamente invasiva (realizar cirugías mayores mediante incisiones pequeñas) a través de sistemas tubulares que realizamos navegadas o con el TAC intraoperatorio. Y recientemente estamos utilizando un robot que nos guía.

Estas técnicas están indicadas para pacientes que presentan dolor lumbar o ciático por degeneración o desgaste del disco intervertebral.

Mejor pronóstico y recuperación más rápida

Una operación menos invasiva, especialmente el ADR por vía anterior, tiene muchas ventajas con respecto a las operaciones tradicionales, pues la sustitución de disco lumbar o cervical por un disco artificial imitan a la perfección el movimiento y los requerimientos mecánicos del disco natural. La ventaja principal es que, al mantenerse el movimiento de las vértebras, el paciente tiene menos dolor y se reincorpora antes al trabajo, incluso a la práctica deportiva. También gracias a que se preserva el movimiento, se evita la degeneración de los segmentos adyacentes superior o inferior, que sí que se ven sometidos a un stress biomecánico excesivo cuando se utilizan otras técnicas como la fusión o artrodesis.

Además, el postoperatorio también es mucho más rápido, pues al realizarse por vía anterior, no se alteran ni los músculos, ni los huesos ni los nervios de la espalda, “los pacientes suelen estar ingresados en el hospital tres días y el resultado que tenemos estudiado y publicado es de una mejoría en el 95% de los pacientes”. 

En general, y comparándolo con una operación tradicional, la recuperación pasa de seis a dos meses.

Aunque se trata de una técnica con muchas ventajas, todavía no está muy instaurada, pues se requiere una formación de unos dos años.

Cuidar la columna día a día

Contar las últimas tecnologías en materia de cirugía de columna es un alivio, pero no tener que llegar a realizarnos una cirugía de este tipo, o al menos retrasarla, requiere de prevención, Las hernias discales, por ejemplo, pueden ser de origen traumático, pero en general la causa es la degeneración del disco. La degeneración del disco, si bien es algo normal con la edad, también es cierto que los nuevos hábitos de vida actuales pueden acelerar su aparición de las hernias.

Y es que, no siempre cuidamos la columna como deberíamos, somos cada vez más conscientes de que debemos cuidarnos, por ejemplo, evitando el sobrepeso o evitando las malas posturas y los levantamientos de pesos excesivos. Pero en cambio, no somos conscientes de que podemos estar forzando nuestra columna cuando pasamos un buen rato acostados viendo una película en una tablet, forzando nuestras cervicales. 

Y estos hábitos no pueden ser más sencillos, pues son básicamente, evitar el sobrepeso, realizar de forma habitual ejercicio (caminar por lo menos media hora al día es muy recomendable) y llevar una vida saludable evitando el estrés, los excesos y los tóxicos como el tabaco y el alcohol. Siempre que se pueda, mantener una buena higiene postural, evitando posiciones o posturas forzadas. No está de más realizar pausas frecuentes cuando uno pasa muchas horas delante de un ordenador, algo que está sucediendo con más frecuencia debido al teletrabajo.