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Osteoartritis: el tipo de artritis más común en los humanos

Osteoartritis el tipo de artritis más común en los humanos

Por: Lillian E. Bezares Gómez, MD, MBA
Reumatóloga

La osteoartritis (OA) es una artritis hipertrófica; en la que el cartílago se va perdiendo y aumenta la densidad del hueso y se forma nuevo hueso adicional alrededor de la articulación. Es un desorden muy relacionado con la edad, pero también influye el historial familiar; la obesidad, es más común en mujeres y también se ha relacionado a trauma y a algunas ocupaciones que envuelven movimientos repetitivos. Las zonas más afectadas por ésta son: el área cervical, lumbar, las articulaciones de los dedos de la mano. Además, las rodillas, las caderas y el dedo pulgar. Contrario a las artritis inflamatorias (RA), que no siempre afectan la articulación completa, sino un área de la misma (ej. lado medial de la rodilla, lado superior de la cadera).

Síntomas

Los síntomas mayores que puede presentar la osteoartritis es el dolor relacionado al uso. Con un periodo de entumecimiento o debilidad, ante la inactividad. Esto es así porque muchos se quejan de dolor después del uso; pero éste continúa por algún tiempo cuando la actividad cesa, disminuyendo lentamente. Algunos pacientes presentan dolor en las noches interrumpiendo así el sueño. La cantidad de dolor depende de lo que la persona haga. Además de cuánto tiempo evite actividades específicas o movimientos que le provoquen dicho malestar; por lo que analizar el dolor en OA es difícil.

Las personas pueden presentarse con una variedad de síntomas, incluyendo crepitación audible y palpable. También, limitación en el rango de movimiento con dolor, debilidad, pérdida de musculo y arcas de endurecimiento alrededor de las articulaciones; en casos avanzados se puede ver deformidad e inestabilidad.

Diagnóstico

Por lo general, la osteoartritis puede ser diagnosticada del historial del paciente y los signos clínicos. Los exámenes de sangre usualmente se muestran normales, en ocasiones el “CRP” (c-reactive protein) puede aparecer levemente aumentado. Los resultados de rayos-X y MRI se presentan alterados, reflejando cambios en las articulaciones. En placas sencillas puede presentar disminución de espacio en las articulaciones (dado a la perdida de cartílago); y en ocasiones quistes, esclerosis, cambios de forma y pérdida de volumen.

Si se aspira el líquido sinovial de la articulación con osteoartritis, este generalmente es viscoso y translucido en comparación con otros tipos de artritis (RA). Entre los factores a considerar, se encuentran el conocer si existe o no una causa. Además, la cantidad de formación de hueso alrededor de la articulación, la distribución entre las articulaciones y numero de estas afectadas; la presencia o ausencia de inflamación, su progresión (rápida o no) y la presencia o ausencia de depósitos de calcio o pirofosfato.

El reumatólogo puede diagnosticar la osteoartritis con prontitud; pero el mayor problema no viene en hacer el diagnostico, sino en determinar cuánto del dolor y la incapacidad se debe o no, a estos cambios en la articulación. Las personas con OA avanzada, en ocasiones no tienen síntomas. En la gente mayor es tan común que podría considerarse normal. No podríamos pensar entonces que todos los que presentan dolor se deba a osteoartritis y no a estructuras alrededor de la articulación; como bursitis o tendinitis.

Tratamiento

La osteoartritis usualmente es lenta y sus características son obvias; por lo que se le conoce además como enfermedad degenerativa de la articulación (“degenerative joint disease”). Por su nombre hace pensar en un deterioro sin remedio, y sin freno de la articulación. Pero no es así, ya que su avance es lento y son pocos los que presentan un deterioro rápido. Solo el 5% termina en un remplazo. La mayoría se estabiliza durante un periodo de tiempo, algunos progresan, y una pequeña minoría mejora espontáneamente.

Una vez evaluado el paciente por el reumatólogo mediante su historial y evaluación clínica, estudiando la perdida de función, progresión e incapacidad de la persona con osteoartritis, se determina el tratamiento. Existen varias modalidades de tratamiento. Entre ellas las no-farmacológicas, en las que se orienta al paciente sobre su condición. Se le motiva a aumentar su actividad física, ejercicio, pérdida de peso, su calzado, aparatos ortopédicos (“brace”), ultrasonido terapéutico y terapia de pulso. El ejercicio debe ser dirigido a aumentar movimiento, flexibilidad, acondicionamiento aeróbico y función muscular; lo que no sólo aumenta fuerza, sino que además el control muscular.

Fármacos

Esto incrementa la función cardiovascular, reduce peso y ayuda a manejar la depresión y la ansiedad. Productos nutricionales como chonditrin con glucosamina, colágeno, vitamina D, vitamina C continúan bajo estudio.

Entre los tratamientos farmacológicos podemos encontrar los anti-inflamatorios (NSAID’s), el acetaminophen; sin perder de perspectiva su efecto en los sistemas gastrointestinales y cardíacos. Los narcóticos deben ser reservados para personas de severa osteoartritis, y dolor refractario a dosis regulares de otros medicamentos no narcóticos.

La administración de corticosteroides intra-articulares resulta en la reducción del dolor: Especialmente en aquellas articulaciones con inflamación, esto no debe repetirse más de tres veces en el año en una misma articulación. Los hyaluronatos intra-articulares son otra alternativa especialmente en rodilla con estadios tempranos de OA. Opciones quirúrgicas pueden ser consideradas en pacientes con síntomas y pérdida funcional refractaria a todo tratamiento.

Hoy en día nuestros investigadores continúan haciendo grandes esfuerzos para determinar las causas y mejorar los tratamientos de esta condición; por lo que esperamos que en un futuro cercano tengamos mejor comprensión y manejo de la misma.