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El uso de anticitoquininas en pacientes con artritis reduce el riesgo cardiovascular

el uso de anticitoquininas en pacientes con artritis reduce el riesgo cardiovascular

Por: Redacción Artritis y Reumatología

Según un estudio realizado por el Departamento de Medicina Interna de la Universidad Estatal de Medicina de Volgogrado, Rusia, la inmunoterapia reduce el riesgo cardiovascular en pacientes con artritis reumatoide debido a que la combinación de dos fármacos anticitoquinas en muy bajas dosis reduce la actividad de la enfermedad y los eventos cardiovasculares.

Recordemos que la artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune en la que las citoquinas, como el factor de necrosis tumoral (TNF) y el interferón (IFN), que normalmente protegen el cuerpo, atacan las células sanas. Los pacientes tienen las articulaciones dolorosas e inflamadas y también están en mayor riesgo cardiovascular, sobre todo si su artritis reumatoide no se controla.

Tratamiento con fármacos anti-citoquinas puede disminuir la actividad de la artritis reumatoide.

Investigaciones previas han mostrado que el tratamiento con fármacos anti-citoquinas puede disminuir la actividad de la artritis reumatoide. Dosis extra bajas de anti-TNFalfa reducen los niveles de mediadores inflamatorios y citocinas; como la proteína C-reactiva (CRP), el factor reumatoide, TNF, interleucina-1 (IL-1) e interleucina-6 (IL-6). Sin embargo, el efecto fue más evidente; y se desarrolló antes cuando los pacientes fueron tratados con una combinación de anti-TNFalfa y anti-IFNalfa, ambos en dosis extra-bajas.

Este estudio investigó el impacto de la combinación de los fármacos sobre los eventos cardiovasculares en 68 pacientes; los que habían sufrido artritis reumatoide activa durante al menos cinco años. Los pacientes fueron asignados al azar para recibir la combinación de anti-TNF y anti-IFN; más el tratamiento estándar modificador de la enfermedad (38 pacientes) o placebo más la terapia estándar (30 pacientes).

Puntuaciones más bajas

Durante los tres años de seguimiento, los investigadores monitorizaron la actividad de la enfermedad de la AR y los eventos cardiovasculares. Los pacientes que tomaron la combinación de anticitoquinas tenían una puntuación más baja de la actividad de la artritis reumatoide. Además, una disminución más acusada de la IL-1, IL-6 y TNF que en el grupo sólo con el tratamiento estándar.

La incidencia de eventos cardiovasculares (angina inestable, crisis hipertensiva severa y deterioro de la insuficiencia cardiaca crónica) fue más del doble en el grupo al que se suministró sólo la terapia convencional de fármacos para el control de la enfermedad (37%); en comparación con aquellos a los que también se les administraron anticitoquinas (13%).

Los hallazgos sugieren que la disminución de la actividad de la artritis reumatoide con la combinación de anti-citoquinas se traduce en una reducción del riesgo cardiovascular. La artritis reumatoide promueve el desarrollo de la enfermedad cardiovascular de numerosas maneras. Por lo tanto, la disminución de actividad de la enfermedad también puede rebajar el riesgo cardiovascular; ralentizando o deteniendo estos procesos.

Por ejemplo, la artritis reumatoide se asocia con disfunción del revestimiento de los vasos sanguíneos (llamado endotelio); que conduce a la acumulación de lípidos en la pared de la arteria, la formación de placa y la aterosclerosis. El aumento de actividad de la patología también está vinculado con un estado pro-coagulante; en el que los pacientes son más propensos a la formación de coágulos de sangre y trombosis.

Resultados finales

Los pacientes con enfermedad activa presentan un aumento en las moléculas que promueven la inflamación, que se ha vinculado con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. En los pacientes con hipertensión, la presión arterial objetivo se alcanzó en el 71% de los que recibieron la combinación de anticitoquinas en comparación con sólo el 32% de los pacientes tratados solo con la terapia estándar.

Según los investigadores, esto no quiere decir que los dos fármacos tengan un impacto directo sobre la presión arterial, sino que la combinación puede mejorar la función endotelial y podría ser que la presión arterial sea más estable cuando la actividad de la enfermedad está baja.